Hasta el round 11, Maravilla Martínez hizo todo lo que sabe hacer: arte en el boxeo. Muchos escépticos de este deporte se habrán dado cuenta que para ser bueno arriba de un ring se necesitan demasiadas cosas juntas: coraje, técnica, mentalidad, estado físico y varias otras más. El quilmeño tiene todo eso, pero hoy, en la victoria por puntos ante Julio César Chávez Junior, se recibió con un título que no tenía. El de guerrero.
Todos en el Thomas Mack Center sabían que lo único que tenía que hacer Martínez, con enorme ventaja en las tarjetas, era bailar en el ring. Moverse, alejarse todo lo que pueda de Chávez Jr., pese que hasta ese momento el mexicano no había tirado casi nada. Pero él pisoteó todos los libros de cómo ganar una pelea. La jugada le salió muy mal. La actitud del argentino fue un error gravísimo. Estuvo a punto de tirar a la basura un combate brillante. La realidad es que no perdió sólo porque Julito fue demasiado dócil y no lo fue a buscar, tras tirarlo y dejarlo nublado, como más le convenía.
Quiso buscar el nocaut y la pretensión le salió mal. Aún así, parece imposible no ver el lado heroico de la actitud. Fue puro orgullo. A los 37 años y con el título mediano del CMB en su poder, Maravilla Martínez ya no tiene nada que agregarle a su manera de boxear.
Contador de Visitas, con s no con c.
ResponderEliminarSaludos!!!